jueves, 11 de junio de 2015

¡Relevé, plié!

"Relevé..., "plié"...
el eco de estas dos palabras sonando en la luminosa sala de ensayo
me catapultan
directamente a la barra de madera junto al espejo
de las clases aquellas de ballet 
que tomábamos mi hermana y yo en el Conservatorio de Madrid
37 años atrás.
El uniforme:
cabello recogido en impecable moño,
mallas rosas, maillot azul y manoletinas de piel rosa.
La postura indefeciblemente "militar":
tripa metida, trasero embutido hacia dentro,
glúteos y rodillas estiradas -al igual que el cuello hasta el infinito-, 
sacar pecho echando hacia atrás los hombros
y los pies bien plantados en el suelo.
Y debíamos estar impecablemente colocadas
y vestidas
para que la profesora diera comienzo a una meticulosa revista
y solo cuando todo estaba en orden,
a un chasquido de sus dedos
sonaba el piano
y todas nosotras, que hasta entonces habíamos permanecido inmóviles
conectadas con nuestros bracitos a la barra de madera
como si a una toma de luz se tratase,
comenzábamos a brillar con el primer movimiento
[de brazos y flexión de rodillas]
a la orden de "relevé", "plié"...



No hay comentarios:

Publicar un comentario