miércoles, 3 de junio de 2015

Un avión y un hipopótamo dentro de un bote de jabón

[Después de subir del parque]
-¡Niñoooos!, ¡a lavarse las manos! 
-A ver chicos, ¿qué vais a querer esta vez? -dice ella a sus sobrinos
de cuatro y cinco años mientras sostiene junto al lavabo
un dosificador de jabón líquido.
-Pues yooo, voy a querer un avión...
-¡Y yoooo...un hipopótamo!
-Uhmm, veamos... -Y entonces ella comienza a plasmar sendas peticiones
con trazos de jabón
sobre sus manitas
de la manera más fidedigna posible.
Y los niños ponen caritas de asombro
viendo como va cobrando vida
sobre sus manos lo que han pedido.
Apenas tienen tiempo de observar cada detalle
cuando se esfuma la magia
y los preciados dibujos se convierten
en lo que eran antes de salir del bote:
-una simplona e informe masa jabonosa-.
Y a partir de ese instante ya solo queda
poner las manos
bajo el grifo y comenzar a lavarse
con ahínco riendo de lo negra
que va desfilando el agua
hacia el desagüe...

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