No dejamos
-ni un minuto-
de contener.
Somos capaces de adquirir
y contenerlo todo
con tal de tenerlo todo
hasta el infinito y más allá.
La ecuación es simple:
existimos igual a una suma de contenidos
en la que resulta
que solo el aire -a respirar- está de paso.
Y el resto, el resto es
un ir y venir
que se deposita, que se esfuma...
...en unos grandes almacenes
alma, corazón y mente.
¿pero, entonces, qué tenemos en stock?
¿y cada cuánto se ha de hacer inventario?
¿Qué sé yo?
Pero ante todo, que sea en unos términos
no recogidos
sobre papel resignado.
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