En
una clase de primaria todos los niños dibujan
en el interior de un pequeño recuadro en blanco
lo
que se pide en la ficha.
Bueno, todos menos Marga, que tacha
concienzudamente el recuadro
con una cruz y una aspa -dejando claro que no piensa hacer la tarea.
Desafiante, se
coloca luego en la fila junto a los que aguardan la corrección de sus tareas.
Cuando
llega su turno, la maestra, lejos de regañarle, exclama:
-¡Bravo!
Pero fijaos todos en lo que ha hecho Marga,
ha dividido el recuadro en ocho partes iguales para hacer un dibujo diferente en cada espacio.
ha dividido el recuadro en ocho partes iguales para hacer un dibujo diferente en cada espacio.
Y
Marga, perpleja por la desconcertante interpretación de
su rebeldía,
da media vuelta,
avanza triunfante hacia su mesa
y... comienza a
dibujar...
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