¡Qué muro tan alto forman ya
este montón de años!
Cada adoquín cuenta entre los huesos, -siempre va numerado-.
¡Cómo se deslizan
de rápido
ahora otoños, inviernos, primaveras, y veranos...!
Y desde aquél abril, abril siempre es frío:
no se aleja del todo su desconsuelo
ni para reclamar un merecido descanso junto la larga sombra encalada
.
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