jueves, 29 de marzo de 2012

sábado, 24 de marzo de 2012

Serie aves: Lavandera



Una lavandera se deja observar inusualmente de cerca.
Ataviada cual joven novicia,
va y viene en círculo
recorriendo azorada los límites
de una celda de césped
en la madrileña plaza de la Encarnación.

Con sus alitas recogidas a la espalda
comienza a pasar -en desordenado rezo-
las peculiares cuentas de su rosario de saltitos encadenados.
Enseguida, su figurita se cuela
tras los barrotes de la verja del Convento
y sigue avanzando recatada hacia delante,
sin perder la linea donde muere la pared del muro en el suelo.

Y al otro lado quedamos nosotros.
Decididamente esta avecilla parece haber guiado
nuestros perdidos pasos -en la fría mañana-
hasta el umbral de este ilustre edificio.
¡Qué digo!, aún más,
nos ha dejado ante una flamante puerta de las estrellas (Star Gate) 
pues al otro lado el Madrid del siglo XVII
espera

jueves, 22 de marzo de 2012

Serie aves: Herrerillo

A última hora de la tarde, el Parque del Retiro
se viste con júbilo
de menudas y vaporosas telas
tras la primera jornada de lluvias desde octubre.

Un apuesto herrerillo desciende y
rasga de un saltito la cortina de neblina
fina
que mediaba entre nosotros y su acacia.

Y se planta a nuestros pies
-a ver si recibe comida-
acercándose con descaro,
un poquito más cada vez,
presa de un comportamiento impropio del todo.
...

Se diría que es un pilluelo gorrión, de empolvada carita,
quien verdaderamente se oculta tras ese delicado antifaz negro,
del que parece haberse adueñado
junto con la camisa amarilla y la levita azul de terciopelo a juego
-que le van a medida-
para acudir a festines
de esos
en los que llueven del cielo miguitas

lunes, 19 de marzo de 2012

Ojos de color atormentado claro

Me encantaba contemplar esos ojos tuyos
-de color atormentado claro-;
Uno agazapado y el otro siempre alerta, tras ese asentamiento
superpoblado de pestañas
por milímetro cuadrado

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Temor escénico

No he conocido, ni creo que exista, otro temor escénico
real más grande
que el miedo constante y prolongado ante una defunción anunciada.
Lo peor está siempre por llegar.

Mas, cuando puntual acude la muerte
exigiendo -a deshora- una representación del tercer acto,
en esa última escena,
donde no hay vuelta atrás para el que muere
ni huida posible para quien se ha salvado,
el miedo escénico se le quita a una de pronto,
-de puro espanto-.

Y, sin saber cómo,
recuerdas entero el inaprendido texto de la despedida, del adiós, que habrías de pronunciar
y cuyas exactas palabras nunca antes ensayó tu voz.

Luego cae el telón.
Y todos aplauden y vierten consternados sus respectivos
llantos de emoción.

A partir de ese momento el -hasta entonces hospitalario- mundo
se te vuelve inhabitable.
Y ya solo resta vivir con el quebranto de estas tristes tablas el resto de tu vida
pero también,
vivir el resto de tu vida
-que es lo que yo actualmente hago-.



jueves, 15 de marzo de 2012

Luz cortante

La afilada luz de la tarde
deja caer a plomo
su deslumbrante hoja
sobre las casas de la plaza de la Paja...

...Guillotinando fachadas a diestro y siniestro.

Dorados quedan
los chaflanes que a su paso corta


martes, 13 de marzo de 2012

Des-h-orientada por un buen sendero (Reloj biológico Segunda parte)

Desde hace una temporada
vivo confortablemente des-h-orientada.
Es decir, paso de mirar la hora
atenazadora que marca
aquellos instintos que, hoy por hoy,
yo ya doy por extintos...

Hubo un tiempo, en mi juventud inmediatamente anterior,
en que necesitaba vivir pendiente del reloj...
llegó la hora
y me casé
llegó la hora, y me quedé embarazada
-dos veces-.

Ahora vivo sencillamente en el feliz tiempo presente.
Sigo adelante, des-h-orientada por un buen sendero
disfrutando del camino que transito 
sin tener que llegar a tiempo a tal o a cual puerto


Chicas, atención: El reloj biológico nos llama (Reloj biológico Primera parte)

Chicas, atención: el reloj biológico nos llama.
Y por qué será que nos importuna siempre a horas tardías.
Aporrea a golpes nuestra puerta entrada en años,
cerrada a cal y canto,
hasta que abrimos y sucumbimos a la tentación
de mirar la hora
-lo que vulgarmente
se conoce como: "caer en la cuenta de que se hace tarde
y que el arroz se nos pasa"-.

Cuando por fin despertamos
son las 10 y media pasadas...
...y antes de que den menos cuarto, ya hemos decidido acabar con el rosario particular de cuentas pendientes:
-Me lanzo a vivir con él;
-Me caso;
-Voy a ser madre...

domingo, 11 de marzo de 2012

Serie aves: Piquituerto

En medio del agreste silencio
sobre el urbanizado valle,
retumban las calculadas embestidas del piquituerto
subido a una piña en obras

Pre/textos: Del dicho al texto...

Cada vez me gustaba más
pasar del dicho al texto.

Y es que quiero tanto a las palabras
que no puedo dejar que se las lleve el viento.

Por eso voy tendiendo mis pensamientos
-que ahora no son sino lindos pre/textos-
sobre hojas y cuadernos...

...Y me apresuro para que del dicho al texto
no haya mucho trecho


jueves, 8 de marzo de 2012

Feliz día de la Mujer

Ayer tarde
estuve a punto de merendar cualquier cosa y quedarme en casa
con Bach
bregando con las cajas de cartón que trato de reconvertir en estanterías.

De pronto mis dedos ennegrecidos me avisan,
me miran diciendo basta.

Tenía previsto desde hace unos días
asistir en Casa Árabe a la presentación del libro "La mujer y el Lenguaje de su cuerpo. Voces literarias del Magreb", de Leonor Merino.

Así que una vez más, tras poner un poco de pereza en el cerdito que tengo a tal efecto,...

-y que rompo cuando he ahorrado suficiente para pasarme una tarde entera a la bartola-

...salí, como siempre, con la idea de que mi espíritu se tomara algo
a su propia salud.

Pues bien, al final de la tarde
mi alma quedó serenamente embriagada
de diferentes perpectivas y conocimientos.

Regresé a casa
y -como de costumbre-
tuve que aflojarme el cinturón enseguida
porque mi sensibilidad había ensanchado
-es lo que tiene seguir este tipo de dietas-, pensé.

Y me encantaba esa sensación de sentirme plenamente nutrida,
sana y satisfecha
por dentro.

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Feliz día de la Mujer

Nadie en su sano juicio debería dar la espalda a un atardecer así

Camino hacia la oscuridad:
en dirección opuesta a la de los rutilantes carteles luminosos
que anuncian el final de la tarde.

Nadie en su sano juicio debería dar la espalda
a un atardecer así...

Mejor haría en desandar el camino que me ha traído hasta aquí
para ir hacia la luz y disfrutar del breve ocaso.

Si tuviera valor
me pondría ahora mismo a caminar unos metros de espaldas
para no perderme el resto del espectáculo mientras me dirijo a mi destino.


sábado, 3 de marzo de 2012

A pies junquillas

En el fondo los pies del junco
están anudados
a la masa de fango del estanque.

Y es por eso que su esbelto tronco escucha y repite
en lento silbido
-a pies junquillas-
los poemas superficiales
que le susurra una corriente vespertina de aire
corriente.


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viernes, 2 de marzo de 2012

Yo no soy más que un país pequeño productor ... (Tribulacciones y microdichas Segunda Parte)

En este mercado único continuo de terribles dosis de realidad,
la felicidad parece no pertenecerle a nadie:
se pierde o se da a la fuga con mayor facilidad
de lo que costó ganarla o atraparla.

En cuanto a mí,
yo no soy más que un modesto país pequeño productor.
Genero la felicidad que voy a consumir en el momento.
Más que comprarla me dedico a producirla:
-el resultado es un producto barato, de mayor calidad pero enormemente perecedero-.

Mi economía doméstica trata de nodejarse llevar
por aquella felicidad  llegada de manos de la inmediatez,
porque seguro que luego
tocará devolverla a plazos.

Del mismo modo intento
no cultivar yo misma ni cosechar de otros
más tristeza
de la que mi finito territorio está en condiciones de asimilar:
El autoconsumo de este producto es peligroso.