Parque del Retiro (Madrid) |
A determinadas horas,
cuando declina el día,
dirijo mis pasos hacia la mayor y más brillante
exposición de lámparas de ocaso...
Siempre hay alguna -de ocasión-
que me entra por los ojos,
y entonces me la llevo puesta.
Sus luces naranjas y rojas
-llamadas a desresplandecer-
todavía deslumbran
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