Cuando una
dilatada actividad laboral
dilatada actividad laboral
-que parecía segura-
finaliza a la voz de ¡ER!(E),
mi yo
finaliza a la voz de ¡ER!(E),
mi yo
se encuentra de pronto sin saber qué hacer
de patitas en la Calle
de patitas en la Calle
del presente angustioso.
Y entonces no queda más remedio
que ponerse a pensar en otras posibilidades,
para variar.
Espejito, espejito, dime qué ves...
Espejito, espejito, dime qué ves...
Pues que tras una rutina de años
realizando el mismo trabajo
realizando el mismo trabajo
[anodino],
que tu yo
se vaya derecho a la Plaza del mercado laboral
a desarrollar su olvidado lado
a desarrollar su olvidado lado
arte-sanal...
Y entonces puede que haya más de un remedio.
Y es que la falta de recursos económicos agudiza el ingenio y la reutilizacion!
ResponderEliminarOs recomiendo que os deis una vuelta por el edificio de Tabacalera de Madrid, Centro Social autogestionado