domingo, 15 de abril de 2012

La brisa habla a la cara de los sentidos

Qué de cosas dice a esta hora la brisa
a la cara
de los sentidos,
subiendo a ráfagas por la empinada cuesta de la calle Buenavista
mientras yo desciendo:
habla de un aroma a asado instalado en el aire
y reparte invitaciones a ojos vista
para el frenético desfile multicolor allá en la pasarela de molinillos
sobre aquel balcón.
Y mis oídos, la mar de extrañados,
perciben -atónitos-
un inusual silencio en el ambiente:
Falsa alarma, se trata de un vientecillo suspendido
que viene murmurando solo y de brazos caídos
negándose a transportar más ruidos de coches.


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