¡Qué aspecto más sombrío
ofrece la biblioteca Ivan de Vargas a punto de cerrar!
Y es que,
sus palaciegas y luminosas salas de enormes balcones -durante el día-,
ahora no pasan de ser meros cuartos a oscuras
donde los libros permanecen castigados
-con sus tapas cerradas-
aguardando cada uno en sus camitas-estantería
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