jueves, 8 de marzo de 2012

Feliz día de la Mujer

Ayer tarde
estuve a punto de merendar cualquier cosa y quedarme en casa
con Bach
bregando con las cajas de cartón que trato de reconvertir en estanterías.

De pronto mis dedos ennegrecidos me avisan,
me miran diciendo basta.

Tenía previsto desde hace unos días
asistir en Casa Árabe a la presentación del libro "La mujer y el Lenguaje de su cuerpo. Voces literarias del Magreb", de Leonor Merino.

Así que una vez más, tras poner un poco de pereza en el cerdito que tengo a tal efecto,...

-y que rompo cuando he ahorrado suficiente para pasarme una tarde entera a la bartola-

...salí, como siempre, con la idea de que mi espíritu se tomara algo
a su propia salud.

Pues bien, al final de la tarde
mi alma quedó serenamente embriagada
de diferentes perpectivas y conocimientos.

Regresé a casa
y -como de costumbre-
tuve que aflojarme el cinturón enseguida
porque mi sensibilidad había ensanchado
-es lo que tiene seguir este tipo de dietas-, pensé.

Y me encantaba esa sensación de sentirme plenamente nutrida,
sana y satisfecha
por dentro.

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Feliz día de la Mujer

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