Hoy he visto
en la calle del Espejo
un pequeño segmento de agua
abandonar el rutinario
circuito de la fuente
donde mal fluía
Se lanzó en inesperado y arriesgado salto
al vacío
-Quizá fuera el viento que le hizo variar de rumbo-
No creo
El caso es que, en vez de caer a la base
que le esperaba,
y en cuyo seno reposar solía
antes de ascender hécticamente hacia el extremo, cual incorpóreo Sísifo,
pues se precipitó al vacío
Y, en ese fugaz instante -¿pensó acaso que la extinción le sobrevendría?-
Tampoco lo creo
Porque... saltó tan fuerte
que
fue a recostarse
en un húmedo surco de la acera.
Y una vez allí ..., cómo corría
ensanchando su cuerpo con las otras gotas
que hallaba a su paso
Y crecía
siguiendo un rumbo incierto
pero propio
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