miércoles, 21 de diciembre de 2011

Entrar en razón

Me encuentro a la salida playa de Riazor,
desanudando los cordones de mis botas de invierno que,
durante mi paseo,
habían permanecido atadas por los extremos a modo de alforja
sobre mi hombro.

Estoy ante una empinadísima
escalera de piedras,
de esas que mandan al bañista
de una buena vez
a paseo.
Quiero decir, de vuelta
al paseo
marítimo.

Y hay qué ver
qué libertades se toma
el pie, después de haber estado
a sus anchas,
desnudo
y libre
por entre la arena:
-era como si, de pronto, hubiera ensanchado-
-qué lejos quedaba la tiranía de tener que verse aprisionado-

Y cómo les costaba despedirse a ambos:
no había forma de que la arena dijera
definitivamente adiós a la planta y a los dedos
donde permanecía enroscada.

Es por esto que fue tarea poco menos que imposible
hacer que el pie entrara de nuevo en razón...
....en la razón de la bota.

Safe Creative #1209032222711

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